A mediados de la década del 90, Curtarsa fue adquirida por la firma italiana Italian Leather Group, y comienza un proceso de expansión edilicio y productivo (hoy procesa unos 6 mil cueros diarios sobre una capacidad instalada de 10 mil). Es la quinta curtiembre del país en números de exportación.
Por esos años se detectan casos de metahemoglobinemia en lactantes, y empieza a ponerse en duda la calidad del agua de pozo que consumía el pueblo. Se detectan altas concentraciones de nitritos y nitratos y metales pesados. De ese tiempo datan las primeras organizaciones vecinales-ambientalistas (hoy nucleadas en la Asociación Eco Vida en el Oeste Bonaerense).
Después de una larga lucha, el pueblo consigue la llegada del agua corriente, pero sólo en Jáuregui, y no así en Pueblo Nuevo.
En 1999, Greempeace estuvo presente en el efluente líquido de la empresa, que desemboca en el río Luján. Se constató presencia en altas concentraciones de cromo, zinc, plomo y mercurio. A esto debe sumarse los millones de litros de agua que utiliza Curtarsa diariamente, que contamina y tira al río Lujan. Además, la extracción de semejante cantidad de agua desde un solo punto genera un cono de depresión que permite a las sustancias contaminantes filtrarse a las napas.
En base a un relevamiento realizado entre el 2000 y el 2006 por la Asociación de Lucha Contra el Cáncer (ALUCEC), en Jáuregui el promedio de muertes por cáncer es del 38% (en algunos años se superó el 50%), cuando la media nacional está estipulada en un 18%. A eso deben sumarse serios problemas respiratorios y de la piel, y la presencia casi permanente de un olor similar al “huevo podrido”, técnicamente conocido como “ácido sulfhídrico”.
Desde que los italianos se hicieron cargo de la curtiembre, murieron tres trabajadores en respectivos accidentes, en la mayoría ocasionados por negligencia de la empresa. Además hay muchos trabajadores enfermos, en especial por la manipulación del cromo.
En 2007, Curtarsa obtuvo el Certificado de Aptitud Ambiental, casualmente en noviembre, cuando la gestión de Felipe Solá y Miguel Prince se despedían de la administración provincial y municipal. Provincia decidió darle ese documento a pesar de 21 incumplimientos y de serias irregularidades registradas durante el proceso legal presentado por la empresa. El Certificado es clave para el funcionamiento de la empresa, y venció en noviembre pasado. Ahora Provincia debe tomar una decisión. En paralelo, la intendenta Graciela Rosso presentó una denuncia penal contra tres directivos de Curtarsa por presunto daño a la salud y el medio ambiente.
En enero se conformó la Asamblea de Vecinos y Organizaciones por el Medio Ambiente del Partido de Luján, espacio que nuclea tanto a las viejas organizaciones ambientalistas que luchan desde hace más de 15 años, como a diferentes organizaciones sociales y partidos políticos del distrito. Se están llevando a cabo distintas acciones para frenar la contaminación y garantizar la reubicación de los trabajadores.
Por esos años se detectan casos de metahemoglobinemia en lactantes, y empieza a ponerse en duda la calidad del agua de pozo que consumía el pueblo. Se detectan altas concentraciones de nitritos y nitratos y metales pesados. De ese tiempo datan las primeras organizaciones vecinales-ambientalistas (hoy nucleadas en la Asociación Eco Vida en el Oeste Bonaerense).
Después de una larga lucha, el pueblo consigue la llegada del agua corriente, pero sólo en Jáuregui, y no así en Pueblo Nuevo.
En 1999, Greempeace estuvo presente en el efluente líquido de la empresa, que desemboca en el río Luján. Se constató presencia en altas concentraciones de cromo, zinc, plomo y mercurio. A esto debe sumarse los millones de litros de agua que utiliza Curtarsa diariamente, que contamina y tira al río Lujan. Además, la extracción de semejante cantidad de agua desde un solo punto genera un cono de depresión que permite a las sustancias contaminantes filtrarse a las napas.
En base a un relevamiento realizado entre el 2000 y el 2006 por la Asociación de Lucha Contra el Cáncer (ALUCEC), en Jáuregui el promedio de muertes por cáncer es del 38% (en algunos años se superó el 50%), cuando la media nacional está estipulada en un 18%. A eso deben sumarse serios problemas respiratorios y de la piel, y la presencia casi permanente de un olor similar al “huevo podrido”, técnicamente conocido como “ácido sulfhídrico”.
Desde que los italianos se hicieron cargo de la curtiembre, murieron tres trabajadores en respectivos accidentes, en la mayoría ocasionados por negligencia de la empresa. Además hay muchos trabajadores enfermos, en especial por la manipulación del cromo.
En 2007, Curtarsa obtuvo el Certificado de Aptitud Ambiental, casualmente en noviembre, cuando la gestión de Felipe Solá y Miguel Prince se despedían de la administración provincial y municipal. Provincia decidió darle ese documento a pesar de 21 incumplimientos y de serias irregularidades registradas durante el proceso legal presentado por la empresa. El Certificado es clave para el funcionamiento de la empresa, y venció en noviembre pasado. Ahora Provincia debe tomar una decisión. En paralelo, la intendenta Graciela Rosso presentó una denuncia penal contra tres directivos de Curtarsa por presunto daño a la salud y el medio ambiente.
En enero se conformó la Asamblea de Vecinos y Organizaciones por el Medio Ambiente del Partido de Luján, espacio que nuclea tanto a las viejas organizaciones ambientalistas que luchan desde hace más de 15 años, como a diferentes organizaciones sociales y partidos políticos del distrito. Se están llevando a cabo distintas acciones para frenar la contaminación y garantizar la reubicación de los trabajadores.
Gentileza www.argentinaarde.org.ar
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